Cirugía de aorta ascendente:
La aorta es la principal arteria del organismo humano, encargada de distribuir la sangre oxigenada tras su salida del corazón. Su nacimiento se produce a la salida del ventrículo izquierdo del corazón. La válvula aórtica separa ambas estructuras. La aorta se divide en:
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Aorta ascendente: es la porción que discurre entre la válvula aórtica y el cayado aórtico. Incluye la raiz aórtica (porción inicial de la aorta), de donde salen las arterias coronarias que irrigan el corazón.
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Cayado aórtico: es la zona que separa la aorta ascendente de la aorta torácica descendente y tiene forma de arco, por lo que también se la denomina arco aórtico. De ella surgen las arterias que irrigan la cabeza (incluyendo el cerebro) y los brazos (arterias carotídeas y subclavias respectivamente).
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Aorta torácica descendente: es la porción comprendida entre el cayado aórtico y la zona diafragmática. Da lugar entre otras a arterias que irrigan la médula espinal y la pared torácica.
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Aorta abdominal: es el tramo final de aorta que discurre entre la zona diafragmática y la bifurcación aórtica, donde se divide en arteria ilíaca común derecha e izquierda. Ramas de la aorta abdominal son las arterias que irrigan las vísceras abdominales (hígado, estómago, bazo, páncreas, intestinos…) entre ellas el tronco celíaco y las arterias mesentéricas superior e inferior.
Un aneurisma es el equivalente a una dilatación. En el caso de la aorta ascendente, una dilatación de la pared de ésta que, a semejanza de un globo que se infla, va creciendo de tamaño. Se ha demostrado que cuando alcanza un diámetro transversal máximo determinado, existe un riesgo considerable de rotura. La rotura de un aneurisma de aorta es una enfermedad muy grave que a menudo es mortal. Es por ello que ante un diámetro de aorta ascendente de 5,5 cm, esté indicada la intervención quirúrgica. En casos particulares (Síndrome de Marfan, válvula aórtica bicúspide, intervención cardiaca concomitante…) éste diámetro puede ser menor.
Una disección aórtica es la separación de las capas que componen la pared aórtica debido a la entrada de sangre en su interior, generalmente a través de una puerta de entrada, “flap intimal” o desgarro de la capa más interna (íntima) de la aorta. En el caso de la aorta ascendente es una enfermedad potencialmente mortal que requiere intervención quirúrgica urgente.
¿En qué consiste la intervención quirúrgica?
La intervención quirúrgica consiste en cortar la sección de aorta enferma y sustituirla por un tubo o injerto fabricado de un tejido muy resistente (dacron). Si la válvula aórtica se encuentra enferma, es necesario repararla o sustituirla, lo que habitualmente se hace implantando un tubo valvulado, es decir, un injerto que en su extremo lleva cosida una válvula protésica. Esta técnica se denomina de Bentall-Bono.
Las intervenciones de aorta ascendente se realizan con circulación extracorpórea.
Según el segmento de aorta afectado (si incluye o no cayado aórtico, si existe afectación generalizada de la aorta…) la intervención requerirá además hipotermia moderada o profunda y parada circulatoria. Ello conlleva bajar la temperatura del organismo y en especial el cerebro para poder parar la circulación con seguridad durante el tiempo necesario para cambiar el segmento enfermo. En los aneurismas de aorta ascendente aislados, esto no es necesario.
Previo a la intervención
Excepto en casos urgentes, la intervención se llevará a cabo en una fecha adecuada para usted y con disponibilidad de quirófano por parte del cirujano. Deberá comunicar a éste su estado reciente de salud incluyendo si ha tenido algún resfriado, caries, o fiebre. Acuérdese de llevar al Hospital los medicamentos que esté tomando o haya tomado en los últimos días. Probablemente ingrese el día antes o la misma mañana de la intervención.
Deberá bañarse con una solución antiséptica y se le afeitará la zona cercana al campo quirúrgico. Con ello evitamos futuras infecciones. Permanecerá en ayunas desde la medianoche anterior a la intervención, con el fin de no sufrir complicaciones anestésicas. Por este mismo motivo es conveniente que en caso de fumar, no lo haga al menos dos semanas previas a la intervención.
Tras su ingreso se le realizará (en caso de no tenerlo ya hecho) un electrocardiograma, una analítica de sangre y una radiografía de tórax.
Como parte de su medicación preanestésica, es probable que se le dé un sedante para estar más relajado antes de ir a quirófano. Ya en quirófano, se le cogerá una vía por donde administrar los fármacos anestésicos. Probablemente usted no recuerde esto después de la intervención.
Durante la intervención
Una vez dormido se le introducirán una serie de tubos y sondas:
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Tubo endotraqueal: permite conectarlo a un respirador durante la intervención quirúrgica
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Sonda nasogástrica: se introduce por la nariz y llega al estómago, para que no se acumulen líquidos y aire y no sufra náuseas o vómitos al despertarse.
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Sonda vesical: se introduce por la uretra y llega a la vejiga urinaria, lo que permite recolectar la orina durante la intervención, evitando que la vejiga se llene y posibilitando el conocer el funcionamiento de los riñones.
Durante la intervención se le administrará heparina, un anticoagulante que hace que la sangre no se coagule mientras usted es operado. Antes de finalizar la intervención se administra un “antídoto”, la protamina, que revierte esta acción.
Se le dejarán entre 1 y 3 tubos de drenaje, que sirven para evacuar el normal sangrado inicial que se produce tras la intervención. La cirugía cardiaca puede acarrear una mayor excitabilidad inicial del tejido cardiaco, por lo que se le implantarán entre 1 y 5 electrodos epicárdicos de marcapasos, conectados al corazón y que asoman por el borde inferior de las costillas. Estos electrodos posibilitan la colocación de un marcapasos temporal en caso de que existan trastornos del ritmo durante el postoperatorio inicial.
La operación puede durar entre 2 y 6 horas de media, aunque en el caso de disecciones complejas o afectación de el cayado aórtico, la duración puede ser considerablemente mayor.
Postoperatorio
Inicialmente será ingresado en la unidad de cuidados intensivos (UCI) donde despertará entre 3 y 9 horas después de finalizar la operación. Cuando sea capaz de respirar por sí mismo, se le quitará el tubo endotraqueal. Cuando los tubos de drenaje dejen de drenar (generalmente al día siguiente) serán retirados y tras 24-72 horas de media, se le dará de alta a planta, donde permanecerá entre 3 y 7 días de media. Esto dependerá del tipo de enfermedad de base.
La vida después de una cirugía de aorta ascendente
Tras esta intervención, deberá reducir el consumo de grasas animales y colesterol. Puede caminar o nadar paulatinamente y sería conveniente un programa de rehabilitación cardiaca que incluye una dieta equilibrada específica, abandono del hábito tabáquico y control del estrés.
Además deberá seguir tomando fármacos que eviten la progresión de la enfermedad. Puede que tenga que tomar fármacos para eliminar líquidos (diuréticos). Además puede que tenga que tomar un antiagregante plaquetario y un medicamento para disminuir el colesterol (estatina), salvo que sea alérgico a ellos. Si se le implantó una válvula mecánica, deberá tomar Sintrom® (ver Cirugía valvular).
En 4 a 6 semanas podrá reincorporarse a un trabajo de oficina. En caso de que su trabajo requiera ejercicio físico o un estrés importante, este tiempo puede alargarse o incluso requerir una baja o cambio de empleo en casos extremos.